¿…Y LOS QUE SIEMBRAN LLUVIAS?
El pasado 30 de septiembre Beijing se presentó muy nublado y con pronóstico de intensas nevadas para el día siguiente. Por eso, 18 aviones del ejército chino bombardearon las nubes con yoruro de plata, ocasionando una tremenda precipitación de nieve. ¿Por qué? Porque el 1 de octubre, que amaneció radiante, se conmemoraba en la plaza Tiananmen el 60º aniversario de la fundación de la República Popular China y no podían malograrse los festejos.
También en Israel, cuando las nubes, formadas en el Mediterráneo, sobrevuelan Galilea y la meseta de Golán, son perforadas con bengalas de yoruro de plata para ocasionar lluvias en el semidesértico territorio judío.
Según Joseph Garriga, de El País (España), cerca de 40 países utilizan estos métodos. En Mendoza, sin ir más lejos, suelen bombardear nubes para evitar que la piedra y el granizo dañe a las vides.
¿Estas prácticas no parecen, al menos, temerarias, cuando el mundo entero intenta no modificar la química de la atmósfera para frenar el cambio climático?
¿Qué pensarán los vecinos de Israel cuándo ven las lluvias, que siempre les correspondieron, quedarse a mitad de camino?
¿Algún día, repetimos, las cuestiones ambientales primarán por sobre las económicas y políticas?
¿En qué medida se habrá torcido el rumbo hacia mediados de siglo?
Nelson Bigo 14/12/09
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