¿ AGUA PARA TODOS ?

Desde la Segunda Guerra Mundial hasta hoy, según la UNFPA (ONU), mientras se triplicó la población, la utilización de agua se multiplicó por seis. Hoy, en todo el mundo, se utiliza más de la mitad del agua dulce disponible, y de esa parte dos tercios van para la agricultura.
Hoy, más de 500 millones de personas viven en 31 países afectados por la escasez de agua y se calcula que hacia el 2050, unas 4.200 millones, aproximadamente el 45 % de la población de ese momento, estarán viviendo en países que no puedan contar con 50 litros por habitante por día, para atender las necesidades básicas.
El nivel de las napas freáticas de algunas ciudades chinas, latinoamericanas y asiáticas descienden vertiginosamente. Gran parte del caudal de ríos y arroyos son desviados en todo el mundo para satisfacer necesidades agrícolas e industriales con efectos muchas veces desastrosos. Recordemos que en China el Río Amarillo estuvo seco durante 226 días en 1997, el nivel del Mar Muerto desciende casi un metro por año y el Paraná, hace pocos meses, frente a Rosario se tornó innavegable con una bajante sin precedentes.
Según la OMS, hoy más de 1.100 millones de personas no tienen acceso a aguas no contaminadas. En países como el nuestro, más del 90 % de los desagües cloacales se vierten sin depurar en aguas superficiales, contaminando los cauces y las napas. Gran parte de los desechos industriales también. En los últimos años, los efluentes químicos de fertilizantes y plaguicidas agravaron la situación.
¿Qué se puede hacer? La desalación del agua de mar es costosísima y hoy representa menos del 1% del agua que se consume. Para proteger el agua de los contaminantes, ordenar el riego, impedir el uso de productos químicos y eliminar la polución terrestre y atmosférica industrial se choca con intereses económicos y políticos casi siempre infranqueables. En nuestro país, por ejemplo, el manejo de esta situación, a través de los años, fue pésimo, bochornoso.

Nelson Bigo 23/07/09