LAS CARAS DE CHINA
“Cuando China despierte, el mundo temblará”, vaticinó Napoleón hace dos siglos. Bueno…, ya despertó, y ya es la segunda economía del planeta. (Luisa Corradini, La Nación 22/08/10)
En la última década creció más del 260 %, relegando a Gran Bretaña, Francia, Alemania…, y hace pocas semanas a Japón.[1]
Sin embargo, a pesar del crecimiento, China sigue siendo un país pobre, con un ingreso per cápita 10 veces inferior al japonés y 12 veces al de EE.UU. Ocupa el puesto 127º del ranking mundial. Además, es un país extremadamente desigual, pues unos 800 millones viven en zonas rurales con 400 dólares anuales, diez veces menos que el ingreso promedio en las ciudades.
El gobierno chino anunció que en el 2020 alcanzará tres objetivos básicos: 1) Contener el éxodo de campesinos, que amenazan la producción agrícola y obliga a multiplicar la importación de alimentos. 2) Mitigar el malestar en las zonas rurales, que se sienten marginadas de la prosperidad. 3) Multiplicar la demanda interna para continuar expandiéndose económicamente.
Hoy, algunos datos estremecen: produce el 85 % de los tractores del mundo, el 70 % de los juguetes y lectores de DVD, el 60 % de la penicilina, el 55 % de las cámaras fotográficas…, existen 170 ciudades con más de un millón de habitantes, 345.000 millonarios y entre ellos 55 magnates que poseen más de 1.000 millones de dólares cada uno.
Al maoísmo lo sucedió el más crudo pragmatismo. Ya en 1978 Deng Xiao Ping proclamó: “No importa si el gato es blanco o negro. Lo que importa es que cace ratones”.
¿Logrará China los objetivos que anunciaron para el 2020?
¿Superará a EE.UU. entre 2020 y 2030, como dice el Banco Mundial?
¿Se irán modificando las condiciones de una mano de obra que sigue siendo superproductiva e hiperexplotada?
¿Algún día EE. UU. podrá dejar de ser rehén financiero de China, que hoy posee títulos del Tesoro por caso 850.000 millones de dólares? ¿Cambiarán las estrategias en el tablero financiero del futuro?
Nelson Bigo www.comoviviremosen2050.blogspot.com
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